Samstag, 29. August 2020

LA ÓPERA DE LOS AÑOS LOCOS


  “LA ÓPERA DE LOS AÑOS LOCOS”

 LA  ÓPERA DE LOS AÑOS LOCOS
O los forajidos estéticos.


Por  Omar García Ramírez

La poesía de Jaime de la Gracia nos invita a su lectura desde una frontera extraña. Esa que transitan los textos que van de lo poético y lo lírico a la prosa que explora las fronteras de un realismo sesgado y oblicuo, ensanchado hasta los límites del absurdo y lo fantástico. Como en un cómic en donde la galería de imágenes nos atropella y sus personajes centrales se manifiestan en la fantasmagoría de una obra matizada por las evocaciones del cine, el mito, y la literatura culta; Lo pulp y la ficción más bizarra se entremezclan en una vertiginosa corriente de conciencia en donde se puede apreciar una técnica impresionista y surrealista. Siendo como es, un artista en donde la expresión plástica juega una papel importante (estudio Bellas Artes en la Argentina) En la obra del poeta De La Gracia “La Opera de los Años Locos” se pueden apreciar los paisajes espaguetti western que hubiese gustado sin duda a Sergio Leone. El poeta como caza recompensas viaja por territorios inhóspitos llenos de tabernas de mala muerte y sus encuentros con bandidos pistoleros y filibusteros de todas las pelambres, nos muestran al poeta, como un hombre desarraigado que va al encuentro de la vida en su caballo moro, por los desiertos de la estética y de la vida. De una u otra forma los outsiders de la literatura han caminado las fronteras, los valles desérticos y los caminos más agrestes, no es de este tipo de poetas el caminito y las “vereditas alegres pintaos de luna y de sol”, mucho menos las alfombras de la fama y las embajadas que da la genuflexión calculada. De La Gracia es un poeta que marcha contracorriente con una literatura vanguardista y experimental que tiene cercanas referencias de los surrealistas, los beatnicks y las tribus más heterodoxas de la literatura universal. En algunos de su poemas creo entrever las lecturas del venezolano José Antonio Ramos sucre, el manejo cuidadoso y prolijo de las metáforas en donde un medioevo contemporáneo deja ver el juego de señores y vasallos, trovadores y minnesangers, bárbaros y feudales en un territorio que dota a sus provincias de una mitología personal.
De otra parte en “La Ópera de los años locos” (poema extenso que nos ocupa) se juega el poeta la piel (la eficacia del poema), con recuerdos personales en anotaciones que le recuerdan su ciudad natal, su país (Colombia) y un territorio de la nostalgia y de la infancia en donde todos los niños de nuestra época jugábamos a los vaqueros y los indios; los sheriffs y los forajidos. (Ahora la juventud literaria colombiana, ya no recuerda eso; se va directamente al cementerio de Pere-Lachaise, posa frente a una tumba que contienen los huesos de algún iluminado y recuerda los libros o poemas que les marcaron, creando de paso, la ilusión de una no infancia y una temprana erudición, que hace de la mayoría de la poesía algo cercano a la impostura). La poesía de Jaime de la Gracia esta llena de juegos y canciones, dichos y proverbios, sentencias y versos de juventud, que se entremezclan con los elementos visuales de una poesía vital que nos arrastra a su maelstromg de referencias e imágenes y que requiere del largo aliento, para recorrer una serie de paisajes que bordea como coyote dorado, las fronteras del cuento. El humor se transforma en el arma corrosiva con la cual se desnudan los tópicos y personajes arquetípicos de la sociedad. La gran bufonería culta y libre del poeta nos asombra. Nos proyecta dentro de su juego, no nos deja indiferentes.
La poesía de largo aliento es poco reconocida en Colombia, no clasifica en las antologías y parece estar desterrada como los bandidos de los que habla De La Gracia, en territorios que no pertenecen al canónico reino de la poesía. Es por esto que esa poesía, tiene algo que escapa las clasificaciones académicas y va más allá de los límites de la poesía colombiana. La obra del poeta Jaime de La Gracia esta emparentada con algunos textos del primer Bolaño (Los perros románticos) el teatro del absurdo de Jarry / Ionesco. En la estratigrafía de algunos de sus textos se pueden adivinar las lecturas de Beckett. (personajes de caras borrosas, textos intercambiables, diálogos absurdos y juegos lingüísticos que agreden al lector y lo provocan) la transgresión de géneros, la provocación temática, los insólitos puntos de vista, las realidades especulares insinuadas nos proyectan hacia otros trabajos de la obra del poeta, es decir nos invitan a indagar en otras creaciones y referenciarlas con la que se esta leyendo.
En esta poesía, no son las frases cortas las que estructuran el poema, son los versos largos que se cruzan silbando como balazos de una asonada en Sonora y Nuevo México. Es el conjunto lo que da el carácter final a la obra, la sensación de haber participado en el tour sin bajar del caballo.
Cierto aire gamberro y beckettiano en donde le lenguaje es sometido a una contorsión y montado sobre el cepo de la gramática para sacarle unos instantes de fuego y brillo. Un grito, una blasfemia. El lenguaje rudo y directo, el paisaje árido, el decorado mínimal.
El poeta es un cowboy errante, un forajido que huye de los gendarmes estéticos y camina la senda de los cuatreros y los tramperos. Busca su libertad y se realiza en ese viaje hacia la palabra; pero también se santifica en el silencio de los desiertos, del destierro y el exilio. De la Gracia es un escritor que ha incursionado en otros géneros como el teatro y la novela, sin renunciar a construir a su manera una obra personal de carácter rebelde y fronterizo, esgrimiendo una estética que se enfrenta en duelo en la vía del mainstream, mientras hace estallar los géneros con una provocadora prosa, donde se debaten la obscenidad contra la fina metáfora poética.
El poeta escribe una declaración de intenciones y una especie de ars poética en su novela “Los lobos hacen milagros” :
“Los lectores de novelas acabadas exigen personajes de carne y hueso, con perfiles sicológicos definidos, además de la cenagosa trama que de y de vueltas en estaciones reconocibles, no dejan espacio para el juego, pretenden juegos concretos, sólidos, conocidos, reconocidos, como por ejemplo: el de la gallina ciega, el de la lleva, el de la llaga, el del escondido, el de la vaca vieja, el de la vaca loca, el de la vaca muerta. Pero el tiempo no es vertical ni horizontal, sencillamente es como le da la gana, y dentro de esa gana se encuentran muchas direcciones y distorsiones de lo que llamamos realidad. Lo bueno, sería ganarse la vida como porteño nacido en La Plata, tocando el bandoneón”.
Mas adelante agrega:
“Para qué quiero personajes en mi novela si ninguno de ellos ha tenido éxito, son masa estadísticas, números, además qué gano con que tengan nombres, sería traicionarlos de a poco, rompería su clandestinidad y exponerlos cobardemente a la voracidad electoral de políticos inescrupulosos que les convencerían en par patadas a votar por ellos como es la costumbre en este país, es mejor que continúen actuando en el circo noche tras noche sin mostrar sus caras, además a quién le ha importado esas caras de estatuas nocturnas, ellos saben que en los tiempos que corren los Lobos Hacen Milagros”.
          GRIFFOS DE  NNEONN 
Omar García Ramírez .   -Escritor y Artista Colombiano.Realizó estudios de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Colombia.Cinematografía de animación en el ICAIC de la Habana Cuba.Multimedia. CICE. Madrid. España.
Ha publicado:
"Sobre el Jardín de las Delicias y otros textos Terrenales" (poesía)1995"Urbana geografía fraterna" (Poesía) 1998"La Dama de los Cabellos Ardientes" (Comic) 1998
"Altamira 2001" (novela)
Premio nacional de novela.Ciudad de Pereira. 2001."La Balsa de la Medusa y otros Poemas".Premio nacional de poesía. Revista "PROMETEO".Festival Internacional de Poesía. Medellín. 2008.
      


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